viernes, 11 de febrero de 2011

A los jóvenes

El teórico libertario ruso Piotr Kropotkin escribió en 1880 un corto ensayo titulado “A los jóvenes”, en el que buscaba convencer al estudiantado para que dedicase el aprovechamiento de sus estudios en causas justas, en unión del pueblo.  Intentaba hacerles comprender la enorme responsabilidad social que habían adquirido para con el pueblo, a quien a fin de cuentas debían la totalidad de sus estudios. Este breve ensayo tuvo una enorme aceptación, con numerosas reediciones y traducciones a varios idiomas. Fue publicado en el periódico Le Révolté, y fue incluido en la conocida recopilación de escritos de Kropotkin, Palabras de un rebelde, editada a fines del siglo XIX, llegando a convertirse en un verdadero baluarte de la propaganda socialista en general, y socialista libertaria en particular, de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Destacamos este fragmento dirigido a los jóvenes de la clase trabajadora, animándolos a la lucha y a abandonar su resignación:
¿Es esta la clase de vida a que aspiráis? ¿Os daréis tal vez por vencidos? No viendo modo alguno de salir de vuestra situación, tal vez os digáis: “Generaciones enteras han sufrido la misma suerte, y yo, que en nada puedo variar lo existente, debo someterme también; sigamos, pues, trabajando, y procuremos vivir lo mejor que se pueda”.
Perfectamente; en tal situación, el iluminar vuestro entendimiento será poco menos que imposible. Pero llega un día en que se presenta una crisis de esas que no son ya fenómenos pasajeros, como antes sucedía sino que destruye toda una industria que aniquila a familias enteras; lucháis como los demás, contra la calamidad; pero pronto veis cómo vuestra mujer, vuestros hijos sucumben poco a poco a causa de las privaciones, y desaparecen a causa de la falta de alimentos, de cuidados y de asistencia médica y van a concluir sus días en un asilo de pobres mientras que la vida del rico se pasa alegre y gozosa en las grandes ciudades, brillando la luz del sol y permaneciendo completamente extraño e indiferente a los gritos de angustia de aquellos que perecen.
Entonces comprenderéis cuán repugnante es esta sociedad; reflexionaréis sobre las causas de estas crisis, y el examen llegará hasta el fondo mismo de esta abominación que pone a millones de seres humanos a merced de la brutal ambición de un puñado de explotadores; entonces comprenderéis que los anarquistas tienen razón al decir que nuestra sociedad actual puede y debe ser reorganizada de pies a cabeza...
 “¡Rebelaos, levantaos contra esa tiranía económica, porque ella es causa de toda esclavitud!”. Entonces vendréis y ocuparéis vuestro puesto en las filas de los revolucionarios, y trabajaréis con ellos por la completa destrucción de toda esclavitud económica, social y política.

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