domingo, 2 de mayo de 2010

A favor de la filosofía


Fernando Savater escribió en el diario El País, un alegato A favor de la filosofía. Como señala en el comienzo de su artículo, "sin duda hoy la filosofía no es la chica más guapa de la clase ni tampoco la más popular". Quizás parte del problema resida en la forma de enseñarla y transmitirla, pero a eso dedicaremos otras notas otro día. Savater piensa que quizá el problema consista en "cogerle la gracia", en entender que la inquietud filosófica consiste en señalar que se ocupa de "las interrogaciones que a todos nos conciernen" en cuanto queremos vivir como humanos.
En una época de expertos y de impulso a la especialización suena algo extemporáneo el aprender filosofía, el nomadear entre saberes en el papel de un "curioso impertinente" que intenta comprender para no juzgar sin estudio (pre-juicio), pero también para contribuir -con muchos otros- a la tarea de la critica y la transformación.
De todas formas, la filosofía no parece gozar de buena salud. Ya en 1995 la UNESCO intentaba salir en su defensa organizando en París unas Jornadas internacionales de estudio sobre “Filosofía y democracia en el mundo” de la que salió el siguiente manifiesto (del que resumimos algunos apartados):

Creemos que la reflexión filosófica puede y debe contribuir a la comprensión y la orientación del quehacer humano;
Consideramos que la práctica de la filosofía, que no excluye ninguna idea del libre debate y se esfuerza por establecer definiciones exactas de los conceptos utilizados a fin de comprobar la validez de los propios razonamientos y efectuar un examen riguroso de los ajenos, permite a todas las personas aprender a pensar con independencia;

Insistimos en que la educación filosófica, al inducir a la independencia de criterio, la reflexión y la resistencia a las diversas formas de propaganda, prepara a todas las personas a asumir sus responsabilidades ante las grandes cuestiones del mundo contemporáneo, especialmente en el plano ético;

Confirmamos que el fomento del debate filosófico en la educación y la vida cultural constituye una aportación primordial a la formación de los ciudadanos al poner en ejercicio su capacidad de juicio, que es fundamental en toda democracia. Así pues, comprometiéndonos a hacer todo lo que podamos en nuestras instituciones y en nuestros países respectivos para lograr estos objetivos, declaramos lo siguiente:

Las instituciones de investigación y enseñanza deberían perseguir y respaldar el conocimiento de los planteamientos filosóficos de las distintas culturas, la comparación de lo que cada una puede aportar y el análisis de lo que las acerca y lo que las separa;

La filosofía, en tanto que libre actividad de indagación, no puede establecer juicios definitivos y fomenta el respeto de las convicciones individuales, pero, en ningún caso, a riesgo de negar su propia naturaleza, deberá aceptar doctrinas que denieguen la libertad ajena, afrenten la dignidad humana o siembren la barbarie.

Información tomada del Anexo II del informe
de la 171ª reunión del Consejo Ejecutivo de
la UNESCO, 171/EX/12, París, 28 de febrero
de 2005.

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