sábado, 22 de mayo de 2010

Belenes en las Salas de Profesores


Esta Navidad hubo en nuestro Centro un debate, en ocasiones algo acalorado, sobre la introducción de un Belén y otros símbolos religiosos navideños en la sala de profesores (anteriormente se exponían en un espacio exterior). El asunto llegó al Consejo Escolar que acabó aceptando, aunque por estrecho margen, dicha introducción. Dos profesores, que habíamos expuesto con anterioridad algunas objeciones, presentamos este escrito ante el Consejo Escolar. Su publicación en esta nota no tiene intención de reabrir tensiones entre el profesorado o la comunidad educativa, sino hacer escuchar nuestra postura, a la vez que exponerla a la crítica y al comentario de quien quiera leerla, para contribuir a un diálogo más racional.

Estimados miembros del Consejo Escolar:

Algunos profesores queremos exponer por escrito nuestra postura en la cuestión que hoy deben debatir sobre la introducción de un Belén en la sala de profesores. Quisiéramos comenzar señalando que, desde hace muchos años, en dicho espacio se ha cumplido la no presencia de símbolos religiosos en la celebración de determinadas festividades; y que, no habiéndose obtenido unanimidad entre el profesorado para cambiar esta situación, no entendemos ahora el empeño de algunas compañeras y compañeros por imponerlo.
Por ello, queremos aclarar que, en este caso, no se trata de suprimir símbolos religiosos, sino de introducirlos donde antes no existían. Lo extraño es que -en un curioso giro argumentativo sobre lo que normalmente entendemos por libertad de conciencia- se nos acuse a los que ponemos objeciones (que no prohibiciones, pues no tenemos tal autoridad) de coartar la libertad de creencia.
De todas formas, el Consejo Escolar, dentro de las competencias que la Consejería de Educación le ha atribuido, debe decidir hoy sobre la presencia de símbolos religiosos en la sala de profesores. Y los abajo firmantes, como miembros del profesorado, nos atendremos a su decisión. Pero nos gustaría señalar para su consideración algunos puntos:

1º Jurisprudencia reciente ha señalado en nuestro país la incompatibilidad de la presencia de símbolos religiosos en las aulas y espacios comunes de la escuela pública con los artículos 14 y 16.1 de la Constitución. Hace poco una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha insistido en la necesidad de “observar la neutralidad confesional en el ámbito de la educación pública”. Pero, sin recurrir a ninguna jurisprudencia, creemos lógico que, en un Estado aconfesional, las actividades y los espacios de trabajo de los funcionarios públicos no deben estar presididas (ni adornados) por símbolos religiosos.
2º En la Transición política de nuestro país, muchos Consejos Escolares decidieron la supresión de estos símbolos y celebraciones religiosas en defensa de la neutralidad de la escuela pública y desde el respeto a la conciencia del alumnado y profesorado. No nos gustaría perder esas pequeñas conquistas de nuestras libertades.
3º Y, por último, resaltar que el carácter crecientemente multicultural de nuestros centros educativos, la pluralidad de creencias que en ella se hacen presentes, nos debería hacer más exigentes con la neutralidad religiosa en nuestros centros.

Nuestra postura es lograr un equilibrio que respete las distintas sensibilidades presentes en nuestra Comunidad Educativa. No hemos cuestionado algunos símbolos religiosos todavía existentes en nuestro Centro, ni la tradicional decoración navideña cristiana, sólo consideramos que la sala de profesores, como espacio público, debe ser lo más neutral posible en cuestiones como las creencias íntimas y personales. La libertad de conciencia no es cuestión de mayorías ni de minorías, sino de respeto y convivencia, y para ello debe encontrar espacios que deben ser considerados comunes y no una prolongación de determinadas creencias.

Atentamente.

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