miércoles, 9 de septiembre de 2009

El criterio de las moscas

"Ya desde pequeño comprendió nebulosamente que los ángeles y las moscas eran la misma cosa. Las oía roncar en las tardes de verano contra las marismas, atacar las sandías que quedaban en los platos después de rescindidos los cigarrillos y los postres; las encontraba en los velatorios, visitando los alfajores y los pañuelos, varadas en los párpados abatidos del anfitrión. Las sentía desfilar en los hombros, tímidas, concisas, frotándose los élitros, contemplando los doscientos mundos alternativos que ofrecían sus ojos compuestos. Y por eso les había tendido su confianza y, sumisamente, se había dejado instruir e ilustrar, había comenzado a penetrar, borrosamente, en un orden más espacioso y más diminuto, donde la lógica se liberaba a conexiones más precisas, donde los objetos se mostraban menos equívocos".
Por Luis Manuel Ruiz, "El criterio de las moscas", Alfaguara.

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