martes, 5 de octubre de 2010

Platón en la red de los filósofos griegos

Según el sociólogo Randall Collins (Sociología de la Filosofía, Barcelona, Hacer, 2005), en la red de la filosofía griega Sócrates (en combinación con Platón) recombinó todas las posturas intelectuales de su época: el punto relativista (y políticamente liberal) de los sofistas lo combinaron "con la ontología trascendental proveniente de los pitagóricos y lo fortalecieron con su intento por resolver el enigma ontológico legado por Parménides". En esa red, Sócrates estuvo conectado prácticamente a todas las escuelas anteriores, y de él nacieron la mayoría de las escuelas organizadas de la generación siguiente. Así, aunque parece que Sócrates contempló la posibilidad de la existencia de verdades absolutas y valores eternos, contra los argumentos del relativismo, la mayor parte de sus seguidores heredarían en alguna medida el sustrato relativista (especialmente la escuela cínica o la escuela retórica de Isócrates).
La primera escuela organizada de Grecia fue la hermandad pitagórica, que en sus primeras etapas tuvo un carácter explícitamente político, "gobernando con el apoyo de la aristocracia local, de la cual probablemente extraía sus miembros". Fue una sociedad secreta que contaba con una jerarquía interna y unas determinadas prácticas religiosas. Muchas escuelas posteriores, incluida la platónica, seguirían el modelo de la pitagórica. Fue la posteridad, según Collins, la que elevaría a Platón y a Aristóteles por encima de todas las demás, hasta casi su exclusión. Tras Sócrates proliferarían las escuelas griegas, compartiendo el espacio con pitagóricos y atomistas. Aparecieron también dos movimientos que representaban sendos estilos de vida, "antiescuelas" en cierto sentido: los cínicos y los escépticos. La Academia platónica difería de las demás en parte por su amplitud de temas, su defensa de verdades trascendentes (frente a los relativistas) y por su práctica intelectual relativamente convencional (frente a cínicos o escépticos). Platón ocuparía el espacio dejado por los pitagóricos, que se desvanecerían en esa época, apropiándose de su doctrina de las matemáticas como ejemplo de las Formas y de la doctrina de la transmigración de las almas. Platón ganaría parte de su prestigio atrayendo a su escuela a matemáticos como Teeteto, Filipos de Opus y Heraclides Póntico, así como invitando a Eudoxo a visitar la Academia con sus seguidores para enseñar las materias más avanzadas. Aristóteles representaba en la Academia el polo empírico frente a la invasión matemática señalada, y acabaría fundando su propia escuela.
En torno al siglo IV a. C. se produjo un movimiento de reorganizacíón: desaparecerían la mayoría de las escuelas socráticas y se formaron otras nuevas "por recombinación de su capital cultural": el Liceo aristotélico, el Jardín de Epicuro o la Estoa de Zenón (que junto con la Academia platónica dominaron la vida intelectual durante dos siglos, hasta la conquista romana).

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